Este artículo, escrito por Jorge García Sánchez, profesor de Arqueología en la Universidad Complutense de Madrid, y al que agradecemos enormemente su apoyo y colaboración, nos presenta al arqueólogo Byron Khun de Prorok, cuyo carácter innovador y sus métodos controvertidos, así como su faceta como divulgador de las civilizaciones antiguas entre el gran público, le convirtieron en una de las figuras más conocidas de la arqueología de principios del siglo XX.
Tenía que ser un norteamericano quien introdujera la cinematografía en las excavaciones arqueológicas del norte de África en una fecha tan temprana como 1922. Las investigaciones de un equipo de la Universidad Complutense de Madrid que examinaba la proveniencia de materiales escultóricos de la Cartago romana toparon en los archivos tunecinos con la figura de Francis Víctor Khun (1896-1954), escritor, explorador y arqueólogo que se auto bautizó Byron y adoptó el título de conde de Prorok de su tío paterno.
Un personaje eminentemente aventurero, que, sin embargo, supo aunar las innovadoras metodologías arqueológicas de comienzos del siglo XX con el carácter romántico de la disciplina en esa época.
Fig. 1. Propaganda de dos películas del conde de Prorok. Fig. 2. Prorok con los restos de la tumba de Tin Hinan (Argelia).
Entre 1922 y 1925 Khun de Prorok, asociado tanto con diletantes como con notorios historiadores, epigrafistas y arqueólogos franceses y estadounidenses, excavó en importantes yacimientos de Cartago como el Tofet púnico -un cementerio destinado a acoger tumbas infantiles-, el anfiteatro y una domus romana.
Fig. 3. Prorok (derecha) con los biberones encontrados Fig. 4. Descubrimientos en Werka Warka (Etiopía). en tumbas púnicas de Cartago y de Utica.
Prorok se hallaba interesado en la difusión de sus descubrimientos entre el hombre de a pie, motivo por el que adoptó la cinematografía a fin de que sus compatriotas fuesen testigos de las maravillosas creaciones de las civilizaciones antiguas. Este afán, por otro lado, también amparaba la pretensión de publicitar los avances de sus trabajos en proyecciones acompañadas de conferencias que le suministraran los fondos necesarios para proseguir con sus expediciones futuras.
Fig. 5. Cruce en barca a la isla de Djerba (Túnez).
Las primeras grabaciones cinematográficas efectuadas en yacimientos arqueológicos se llevaron a cabo en torno a 1912 en las excavaciones alemanas de Tell Halaf (Siria) y en las británicas de Jebel Moya (Sudán). Tantos éstos como los posteriores testimonios en celuloide que se conservan de las décadas de 1920 y de 1930 comparten una serie de semejanzas con los filmes rodados por Prorok en Cartago y en otras localidades.
Fig. 6 y 7. Vista del anfiteatro (izquierda) y detalle de una de las galerías del mismo (derecha) de El Djem (Túnez) en 1925.
Los arqueólogos del momento deseaban enseñar a sus contemporáneos en qué consistía una excavación arqueológica, las dificultades que entrañaban estas misiones y el carácter de las gentes y de los lugares donde tenían lugar, además, por supuesto, de los propios procesos de excavación, sus metodologías y los objetos que recuperaban. Resulta habitual en estas películas mostrar al público el día a día en yacimientos de países lejanos, la recepción de la paga por parte de los obreros nativos, los descansos para almorzar (con las mujeres locales sirviendo la comida y el agua), las danzas y festividades celebradas ocasionalmente, los cortes de pelo realizados por los barberos…
Fig. 8. Campamento en el templo de Liber Pater de Gightis (Túnez).
En resumen, se trata de filmaciones altamente antropológicas, en las cuales el espectador occidental satisfacía su curiosidad innata por ese mundo exótico, plagado de escenarios desérticos, costumbres ancestrales y formas de vida desaparecidas en los países «modernos». Las grabaciones cinematográficas jugaban, por lo tanto, con ese imaginario popular de Oriente tan difundido en el pensamiento colonial del siglo pasado.
Fig. 9. Ghirza (Libia).
En Cartago el conde de Prorok se convirtió en un experto realizador de este tipo de películas, que después continuó rodando en Argelia, en Egipto, en Abisinia o en México y Guatemala. Pero asimismo experimentó con algo que hasta entonces nadie había intentado: en 1922 ejecutó las primeras filmaciones desde un avión que sobrevoló la capital de Aníbal, y gracias a ellas pudo determinar la situación de diferentes vestigios del pasado. De esta manera, como extraídas del guión de una película de Hollywood, la cinematografía, la arqueología y la arqueología aérea convergieron en una de las más célebres metrópolis antiguas del Mediterráneo.
Fig. 10. Prorok en Timgad (Argelia) Fig. 11. Prorok examinando restos óseos en Djebel Muta (Egipto).
Publicaciones relacionadas:
.- Khun de Prorok, Byron, Digging for Lost African Gods. Five Years Archaeological Excavation in North Africa, New York – London, G. P. Putnam’s Sons / The Knickerbocker Press, 1926.
.- García Sánchez, Jorge, «Las excavaciones del conde Byron Khun de Prorok en Cartago (1920-1925): la colina de Juno y la difusión cinematográfica de la arqueología cartaginesa», Boletín del Seminario de Estudios de Arqueología, LXXX, 2014, 129-163.
.- García Sánchez, Jorge, «Las excavaciones del conde Byron Khun de Prorok en Cartago (1920-1925) II: la formación del comité franco-americano y los trabajos arqueológicos en el Tofet», Boletín del Seminario de Estudios de Arqueología, LXXXI, 2015, 203-243.
Relación de imágenes:
Portada. Escolta en el camino hacia Tebessa (Argelia). Khun de Prorok, Mysterious Sahara, 1929, p. 56.
Figura 1. Propaganda de dos películas del conde de Prorok. Iowa Digital Library, MSC0150.
Figura 2. Restos de la tumba de Tin Hinan (Argelia). Khun de Prorok, Digging for Lost African Gods, 1926, p. 362.
Figura 3. Biberones encontrados en tumbas púnicas de Cartago y de Utica. Khun de Prorok, Digging for Lost African Gods, 1926.
Figura 4. Descubrimientos en Werka Warka (Etiopía). Khun de Prorok, In Quest of Lost Worlds, 1935, p. 220.
Figura 5. Cruce en barca a la isla de Djerba (Túnez). Khun de Prorok, Geographical Review 15, 2, 1925, p. 191, fig. 2.
Figura 6. Vista del anfiteatro de El Djem (Túnez) en 1925. Khun de Prorok, Art and Archaeology XX, 1, July 1925, p. 37.
Figura 7. Galería del anfiteatro de El Djem (Túnez). Khun de Prorok, Digging for Lost African Gods, 1926, p. 156.
Figura 8. Campamento en el templo de Liber Pater de Gightis (Túnez). Khun de Prorok, Art and Archaeology XVIII, 1, 2, 1924, p. 17.
Figura 9. Ghirza (Libia). Khun de Prorok, In Quest of Lost Worlds, 1935, p. 94.
Figura 10. Prorok en Timgad (Argelia). Khun de Prorok, Digging for Lost African Gods, 1926.
Figura 11. Prorok examinando restos óseos en Djebel Muta (Egipto). Khun de Prorok, Art and Archaeology XXVI, 5, 1928, p. 184.